miércoles, 30 de abril de 2008

CHIVA TRANS


Entre muchas de las acciones que ha tenido Santamaría Fundación GLTB en la ciudad de Cali, en su afán por incorporar a la población Trans en actividades cotidianas en procesos de empoderamiento y visibilización, al lado de las Mujeres Trans que convergen en Santamaría Fundación, fueron las protagonistas de la primera Chiva Rumbera Trans que tuvo esta ciudad. Después de esto esperamos que las demás organizaciones den ejemplo de visibilización, aceptación y respeto por las Mujeres Trans de nuestra amada ciudad. Carlos González, Director de Procesos Administrativos SF

Cali pachanguero, Cali luz de un nuevo cielo!

Estas Chivas Rumberas, pasean a sus ocupantes por esta Cali trasnochadora y alegre, donde son comunes los paseos familiares o empresariales, ofreciendo una manera distintas de turismo… si por la 5 estás pasando, es mi Cali bella que estás atravesando, la avenida del río, obvio del río Cali que con sus aguas, semejando una aguja une las dos partes de la colcha cultural, la del centro y la del norte. Un buen momento donde los recuerdos los trae una nota musical, o simplemente la constatación de los cantado en ellas, mujeres hermosas: aquí no ha fea, ahí mire vea! , ese Cali Pachanguero, canción emblemática de nuestra cultura… que todo el mundo que cante, que todo el mundo que anime…arranca gritos de orgullo y alegría mientras se está pasando de un lado de la ciudad a otro, un brindis por esa, otro por aquella, las razones son solo eso razones, lo importante es disfrutar de lo que ofrecen estas Chivas, luces de neón, estroiler, sonidos, la pista de baile que da la posibilidad a las parejas de competir con los campeones mundiales de la salsa, mientras suena en las voces de Richi Rey y Bobi Cruz la canción que en honor de la mejor de las mejores bailadoras de salsa, compusieron estos intérpretes a Amparo Arrebato.

Buena manera de calentar los motores antes de aterrizar en alguna de las discotecas de moda, en ese mismo Juanchito que vio desfilar a los grandes, Changó, Sambacaramba, Citron, Palo de Mango, Don José entre otros, son solo algunas de las posibilidades de llegada, para hacer la tan famosa rematada, hasta el amanecer o el azul reproche; y de nuevo a Cali, porque hay que recordar que del puente para ya es Juanchito, del puente para acá está Cali…

Así se vive y se disfruta en una Chiva Rumbera en Cali, lo más próximo de estar en el cielo, sin haber muerto! Cali pachanguero, Cali luz de un nuevo cielo!

sábado, 26 de abril de 2008

NUEVAS FORMAS DE DIVERSIÓN, NUEVO BUSINESS

Esta nueva manera de “negocio nocturno” viene ganando prestigio y reconocimiento como otra manera de vivir la rumba en Cali, hoy son varias las empresas dedicadas a ofrecer las CHIVAS RUMBERAS, como opción de disfrute, donde se ha sumado un nuevo componente, el turismo urbano, como un elemento diferenciador; por tal en ellas encontramos, música, baile y la opción de conocer o reconocer a Cali, como una ciudad culturalmente musical y bailadora.
Estas empresas tienen punto para iniciar la ruta por la ciudad, el CAM- Centro Administrativo Municipal, la mejor opción de encuentro, reconociendo consciente o inconscientemente, que ha sido este no solo el centro de control político administrativos de los últimos años, sino uno de los epicentros de esa Cali nocturna y rumbera; y ahí mismo a unos pocos pasos, el Paseo Bolívar, donde han transitado muchas historias de amor y desamor, y como testigos a Efraín y María, el inicio de la avenida sexta, la “calle rosa” de la ciudad, que durante las últimas décadas ha convocado a propios y extraños para darse una “ventiadita” por el boulevard de la fiesta caleña.

ALGO DE HISTORIA....

LA RUMBA CALEÑA EN CHIVA

Cali?, “Yo no he visto nunca una cambio tan rápido en términos de cultura ciudadana, en tan corto tiempo”… al menos en Colombia!
Todo empezó con los Juegos Panamericanos en el año de 1971, posibilitando de esta manera, una nueva cultura de ciudad deportiva y cívica, luego vinieron otros acontecimientos menos gratos, dadas las razones que les movilizaron; las migraciones de grupos poblacionales que llegaron de distintas latitudes de Colombia, los maremotos en la Costa Pacífico - El Charco, Tumaco; trajeron a Cali una nueva cultura de Afrodescendiente[1]; estas poblaciones buscaron o encontraron en el sur oriente la posibilidad de asentamiento, dando origen a lo que hoy es llamado El distrito de Aguablanca; por otro lado algunas poblaciones mineras como las de Itzmina – Caldas y sus alrededores, migraron hacia nuestra ciudad en busca de nuevas y mejores posibilidades de trabajo, o simplemente por la violencia, estos pobladores encontraron en la zona de ladera[2] una buena opción para habitar.
La década del 70 marcó una etapa de crecimiento y florecimiento cultural y aumento también de asentamientos urbanos o suburbanos; estas poblaciones hicieron de Cali una nueva manera de ser y hacer ciudad, de pensarse en términos más plurales y diversos, donde convergen las distintas “cosmogonías”, maneras de relacionarse, la música, la cultura, la danza, las costumbres, dándole a Cali una mirada o contexto pluricultural, multirracial y pluriétnica.
En la década del 80’ Cali era conocida como la Capital Cívica de Colombia, por un lado, pero por el otro, también era “polis” de la génesis de una cultura de “nuevos ricos” que trajo consigo, sus propias manifestaciones y aportes a la cultura general.
Para entonces Cali contaba con los mejores bailaderos o discotecas de Colombia, reconocidos a nivel mundial, una zona “única para la salsa”, JUANCHITO. En miras de acrecentar, fortalecer y posicionar estas discotecas y por esta vía a Cali, los propietarios de algunas de esta discos (algunas de ellas de propiedad de los capos de la mafia del momento), crearon el concepto “La Capital de la Salsa”, y en efecto lo era; grandes bailaderos, el campeonato mundial de bailadores de salsa, los mejores intérpretes; Héctor Lavoe, Celia Cruz, la Fania, la Sonora, el Gran Combo de Puerto Rico y otros tantos artistas salseros desfilaron por la pasarela mundial de la salsa: Cali, y de ahí LA SUCURSAL DEL CIELO.
La feria de Cali, era (y sigue siendo) una de las ferias culturales más esperadas en Colombia y Latinoamérica, todo una cultura alrededor de la salsa, lo mediático no se dejó esperar para hacer sus grandes aportes, “la elección del disco de la feria”, tenía por obligación que ser en el ritmo del pueblo, durante los cuatro o cinco meses de anticipación a la apertura de la feria, el 25 de diciembre se elegiría la mejor canción, que le hiciera honor a la ciudad; LA CAPITAL DE LA SALSA.
Muchas de éstas canciones aluden a esta cultura salsera y a la belleza de las mujeres de Cali, “las caleñas son como las flores, Cali pachanguero”, etc. son solo dos ejemplos de lo dicho; donde música e identidad se fusionan en una pareja… así es la salsa!
Esto permitió mayor reconocimiento de Cali como la capital de la Rumba, las mejores discotecas donde habitan las más lindas mujeres… porque Cali es Cali y lo demás es loma!.
Esta Cali atravesada por sinnúmero de vectores socioculturales y políticos, conserva, en su más fina presencia la calidad y calidez, de un pueblo que sueña y trabaja para una mejor ciudad, donde los títulos; la Capital Cívica, la Capital de la Salsa, la Capital de la Rumba, son solo algunas razones para seguir siendo uno de los mejores lugares para vivir, donde sus esencias se conservan con algunos matices propios de las transformaciones sociales de las grandes urbes latinoamericanas.
En Cali, se conservan los espíritus “jolgóricos” y las raíces de las culturas que le han aportado una nueva formas de vivir la ciudad, la Cali de todas y todos, que se disfruta hoy sobre un aporte de la cultura agrocampesina del sur occidente del país, la CHIVA, ese medio de transporte de nuestros campesinos y campesinas, que encontraban y encuentran en él, una manera de movilizar sus alimentos al comercio central municipal más cercano y por el otro, la alegría y el clamor por la música y el baile, propios de las culturas afro del litoral pacífico.
Dos culturas “exógenas” que le han aportado a la nuestra una nueva forma, de sentir y disfrutar de los ritmos caribeños, de las nuevas manifestaciones musicales, pero conservando el son, sabor y fama de buenos bailarines y bailarinas, hoy disfrutamos de la salsa o el merengue en una CHIVA RUMBERA, con la misma gracia y gana con que se hacía en los años 80’ en La Jirafa Roja, la Manzana Mecánica o Cañandonga.
Esta nueva manera de “negocio nocturno” viene ganando prestigio y reconocimiento como otra manera de vivir la rumba en Cali, hoy son varias las empresas dedicadas a ofrecer las CHIVAS RUMBERAS, como opción de disfrute, donde se ha sumado un nuevo componente, el turismo urbano, como un elemento diferenciador; por tal en ellas encontramos, música, baile y la opción de conocer o reconocer a Cali, como una ciudad culturalmente musical y bailadora.
Estas empresas tienen punto para iniciar la ruta por la ciudad, el CAM- Centro Administrativo Municipal, la mejor opción de encuentro, reconociendo consciente o inconscientemente, que ha sido este no solo el centro de control político administrativos de los últimos años, sino uno de los epicentros de esa Cali nocturna y rumbera; y ahí mismo a unos pocos pasos, el Paseo Bolívar, donde han transitado muchas historias de amor y desamor, y como testigos a Efraín y María, el inicio de la avenida sexta, la “calle rosa” de la ciudad, que durante las últimas décadas ha convocado a propios y extraños para darse una “ventiadita” por el boulevard de la fiesta caleña.
[1] Llamados o autodefinidos para la fecha como “negros”, en su gran mayoría.
[2] Zona suburbana ubicada en la parte de Ladera de la cordillera Oriental, conformando barrios o centros urbanos como Terrón Colorado, Siloé, entre otros.